La Santa Biblia
A) La Biblia
1.- El Libro
sagrado
La Biblia es
el libro sagrado de los Cristianos, a través del cual Dios de manifiesta a si
mismo
Es el libro
de la revelación de Dios.
Pero no
pensemos que Dios personalmente ha escrito este libro, sino que se lo ha
inspirado a diversos hombres por ÉL Elegidos.
El Concilio
Vaticano recomienda a todos los cristianos la lectura frecuente de las sagradas
escrituras porque, como dice San Jerónimo: "Ignorar las escrituras es
ignorar a Cristo" y añade el concilio: "pero no olviden que la
lectura de la sagrada Biblia debe ser acompañada por la oración para que se
entable dialogo entre Dios y el hombre; Porque a ÉL hablamos cuando oramos y a
ÉL oímos cuando leemos las palabras divinas”
Siempre es
conveniente invocar al Espíritu Santo para que ilumine nuestro corazón, para
entender la Palabra de Dios.
De ahí se
sigue que la Sagrada Escritura debería estar en cada hogar y, a ser posible, en
un lugar distinguido.
2. Es el
centro de nuestra vida La Biblia debería ser el centro de nuestra vida, es el
Pan de la Palabra, nuestro alimento.
Sus páginas
nos invitan a aceptar a Jesús en nuestra vida como Salvador, a ser sus testigos
en todo tiempo y lugar.
La Palabra
de Dios no es cosa sólo del pasado, es Dios mismo que habla a los hombres de
hoy, a los campesinos, a los pescadores, a los gobernantes, a los sacerdotes y
a todo el pueblo de Dios.
Cuando el
Señor habla es para decirnos algo, su Palabra tenemos que hacerla nuestra.
Cuando los
primeros cristianos oían la Palabra de Dios, decían: "Entonces, ¿qué
tenemos que hacer?" 1Hch. 2, 37).
Esta debiera
ser nuestra actitud cada vez que meditamos un punto de la Escritura.
La Biblia
debiera ser nuestro libro de cabecera, el libro de todos los cristianos y
especialmente de los catequistas, animadores
de comunidades y de todas las
personas que desempeñan un servicio dentro de la comunidad de fe (profesores,
hermandades, rezadores, acólitos, lectores, consejo pastoral, etc.)
3. Un libro
para orar La Biblia es antes que nada, un libro para orar.
A través de sus páginas conocemos la obra del
Padre, del Hijo y del Espíritu: Santo.
Los relatos
y las enseñanzas bíblicas nos ponen en contacto con Dios, sentimos su
presencia, sobre todo al constatar que Dios sigue actuando hoy también en la
Historia.
De entre
todos los libros de la Biblia hay uno que nos ayuda muy especialmente para orar,
es el libro de los Salmos.
4. Antiguo
Testamento
El Antiguo testamento
parte con la Creación del mundo, la Historia del pueblo escogido, los Salmos,
los Proverbios y los libros proféticos hasta llegar a la inminente aparición
del Mesías. Podríamos decir que todo el Antiguo Testamento es una preparación a la llegada del Mesías.
La lectura
de estos libros nos ayuda mucho a entender la obra de Dios Padre como Creador
del mundo y los primeros pasos hacia la redención de lodo el género humano.
El Antiguo
Testamento comprende los libros inspirados por Dios y escritos antes de venir
al mundo Jesucristo.
Suman en
total 46 libros.
5. Nuevo
Testamento
El Nuevo Testamento
comprende los libros inspirados por Dios y escritos después de la venida de
Jesucristo al mundo.
Suman en
total 27 libros.
De entre ellos
sobresalen los cuatro Evangelios.
La figura
central del Nuevo Testamento es Jesús: su Doctrina.
Su Mensaje,
su Vida, Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión.
Todo esto lo
hallamos explicado en los Santos Evangelios.
Los Hechos
de los Apóstoles nos recuerdan la vida de los primeros cristianos y los
primeros pasos en el anuncio de la Buena Nueva.
Las Cartas
de los Apóstoles son los mensajes dirigidos a las primeras comunidades.
El
Apocalipsis es un sueño del apóstol Juan, a quien le fue dado contemplar la
gloria de Cristo resucitado y el destino de la Iglesia amenazada por las
primeras persecuciones.
6. La
Tradición Cristiana La Tradición y la Escritura constituyen el depósito sagrado
de la Revelación, confiado a la Iglesia.
Por
Tradición Cristiana entendemos la predicación apostólica desde sus comienzos
hasta nuestros días.
"Esta
Tradición Apostólica va creciendo en la Iglesia con ayuda del Espíritu
Santo" "cuando la proclaman los obispos como sucesores de los
apóstoles en el carisma de la
verdad" (D.V.8)
"La
Iglesia camina a través siglos hacia la plenitud de la verdad hasta que se
cumplan en ella la plenamente la
palabras de Dios". (D.v. 8)
De esta
manera el mismo Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con
la Esposa de su Hijo amado, la Santa Iglesia, y por ella va introduciendo a los
fieles en Ia verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la palabra de Dios.
Así, fiel al depósito de la fe confiado a la Iglesia, "el pueblo cristiano
entero, unido a sus pastores, persevera
siempre en la doctrina apostólica y en la unión, en la Eucaristía y la oración,
y así se realiza una maravillosa concordia de Pastores y Fieles en conservar, practicar y profesar la
fe recibida". (D.V. 10)
7. El
Magisterio de la Iglesia
"El
oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha
sido encomendado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual ejercita
en nombre de Jesucristo". (D.v. 10)
"Así, pues, la Tradición, la Escritura y
el Magisterio de la Iglesia, según el plan prudente de Dios, están unidos y
Ligados de modo que ninguno puede subsistir sin los otros". (D.v. 1o)
El Papa y
los obispos ejercen el Magisterio -la custodia del depósito de la fe- a través
de Ios concilios ecuménicos, encíclicas, cartas pastorales. Exhortaciones
apostólicas, y en estos últimos años a través de las conferencias generales de
los episcopados.