sábado, 10 de octubre de 2015

La Santa Biblia





La Santa Biblia

A) La Biblia
1.- El Libro sagrado
La Biblia es el libro sagrado de los Cristianos, a través del cual Dios de manifiesta a si mismo
Es el libro de la revelación de Dios.
Pero no pensemos que Dios personalmente ha escrito este libro, sino que se lo ha inspirado a diversos hombres por ÉL Elegidos.
El Concilio Vaticano recomienda a todos los cristianos la lectura frecuente de las sagradas escrituras porque, como dice San Jerónimo: "Ignorar las escrituras es ignorar a Cristo" y añade el concilio: "pero no olviden que la lectura de la sagrada Biblia debe ser acompañada por la oración para que se entable dialogo entre Dios y el hombre; Porque a ÉL hablamos cuando oramos y a ÉL oímos cuando leemos las palabras divinas”

 




Siempre es conveniente invocar al Espíritu Santo para que ilumine nuestro corazón, para entender la Palabra de Dios.
De ahí se sigue que la Sagrada Escritura debería estar en cada hogar y, a ser posible, en un lugar distinguido.
2. Es el centro de nuestra vida La Biblia debería ser el centro de nuestra vida, es el Pan de la Palabra, nuestro alimento.
Sus páginas nos invitan a aceptar a Jesús en nuestra vida como Salvador, a ser sus testigos en todo tiempo y lugar.
La Palabra de Dios no es cosa sólo del pasado, es Dios mismo que habla a los hombres de hoy, a los campesinos, a los pescadores, a los gobernantes, a los sacerdotes y a todo el pueblo de Dios.
Cuando el Señor habla es para decirnos algo, su Palabra tenemos que hacerla nuestra.
Cuando los primeros cristianos oían la Palabra de Dios, decían: "Entonces, ¿qué tenemos que hacer?" 1Hch. 2, 37).
Esta debiera ser nuestra actitud cada vez que meditamos un punto de la Escritura.
La Biblia debiera ser nuestro libro de cabecera, el libro de todos los cristianos y especialmente de los catequistas, animadores  de comunidades  y de todas las personas que desempeñan un servicio dentro de la comunidad de fe (profesores, hermandades, rezadores, acólitos, lectores, consejo pastoral, etc.)
3. Un libro para orar La Biblia es antes que nada, un libro para orar.
 A través de sus páginas conocemos la obra del Padre, del Hijo y del Espíritu: Santo.
Los relatos y las enseñanzas bíblicas nos ponen en contacto con Dios, sentimos su presencia, sobre todo al constatar que Dios sigue actuando hoy también en la Historia.
De entre todos los libros de la Biblia hay uno que nos ayuda muy especialmente para orar, es el libro de los Salmos.
4. Antiguo Testamento
El Antiguo testamento parte con la Creación del mundo, la Historia del pueblo escogido, los Salmos, los Proverbios y los libros proféticos hasta llegar a la inminente aparición del Mesías. Podríamos decir que todo el Antiguo Testamento es una  preparación a la llegada del Mesías.
La lectura de estos libros nos ayuda mucho a entender la obra de Dios Padre como Creador del mundo y los primeros pasos hacia la redención de lodo el género humano.
El Antiguo Testamento comprende los libros inspirados por Dios y escritos antes de venir al mundo Jesucristo.
Suman en total 46 libros.
5. Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento comprende los libros inspirados por Dios y escritos después de la venida de Jesucristo al mundo.
Suman en total 27 libros.
De entre ellos sobresalen los cuatro Evangelios.
La figura central del Nuevo Testamento es Jesús: su Doctrina.
Su Mensaje, su Vida, Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión.
Todo esto lo hallamos explicado en los Santos Evangelios.
Los Hechos de los Apóstoles nos recuerdan la vida de los primeros cristianos y los primeros pasos en el anuncio de la Buena Nueva.
Las Cartas de los Apóstoles son los mensajes dirigidos a las primeras comunidades.
El Apocalipsis es un sueño del apóstol Juan, a quien le fue dado contemplar la gloria de Cristo resucitado y el destino de la Iglesia amenazada por las primeras persecuciones.
6. La Tradición Cristiana La Tradición y la Escritura constituyen el depósito sagrado de la Revelación, confiado a la Iglesia.
Por Tradición Cristiana entendemos la predicación apostólica desde sus comienzos hasta nuestros días.
"Esta Tradición Apostólica va creciendo en la Iglesia con ayuda del Espíritu Santo" "cuando la proclaman los obispos como sucesores de los apóstoles en el  carisma de la verdad" (D.V.8)
"La Iglesia camina a través siglos hacia la plenitud de la verdad hasta que se cumplan  en ella la plenamente la palabras de Dios". (D.v. 8)
De esta manera el mismo Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la Esposa de su Hijo amado, la Santa Iglesia, y por ella va introduciendo a los fieles en Ia verdad plena y hace que habite  en ellos intensamente la palabra de Dios.
 Así, fiel al depósito de la fe confiado  a la Iglesia, "el pueblo cristiano entero,  unido a sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica y en la unión, en la Eucaristía y la oración, y así se realiza una maravillosa concordia de Pastores y  Fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida". (D.V. 10)
7. El Magisterio de la Iglesia
"El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual ejercita en nombre de Jesucristo". (D.v. 10)
 "Así, pues, la Tradición, la Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el plan prudente de Dios, están unidos y Ligados de modo que ninguno puede subsistir sin los otros". (D.v. 1o)
El Papa y los obispos ejercen el Magisterio -la custodia del depósito de la fe- a través de Ios concilios ecuménicos, encíclicas, cartas pastorales. Exhortaciones apostólicas, y en estos últimos años a través de las conferencias generales de los episcopados.

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