01.- ¿Para qué te persignas?
Para ponerme en presencia de Dios, recordar su amor y pedirle su ayuda
02.- ¿Cuándo te persignas?
Antes de escuchar el Santo Evangelio en la misa, al leer la Biblia en casa, antes de rezar el santo rosario
03.- ¿Cómo te enseñaron a persignarte?
Haciendo con el dedo pulgar una cruz en la frente, digo “Por la señal de la Santa Cruz” y haciendo otra cruz sobre la boca, continuo “de nuestros enemigos” y sobre mi pecho hago la tercera, diciendo "líbranos, señor, Dios nuestro”
04.- ¿Para qué te haces la cruz en la frente?
Para que el señor me ayude a rechazar los malos pensamientos,
piense el bien para mí y los demás, y acoja los proyectos de Dios.
05.- ¿Para qué te marcas la cruz sobre la boca?
Para que el señor me libre de herir con palabras ofensivas a los demás, en mis labios esté su palabra y la lea y trasmita dignamente
06.- ¿Para qué te signas en el pecho?
Para que Dios me libre de hacer las maldades que salen del corazón (Mc 7,21 y Gá 5, 19-21), cumpla los mandamientos y viva como cristiano al servicio de los demás (Gá 5,22-23)
07.- ¿Dices: “por la señal de la santa cruz” Qué significa?
Que la Cruz hecha con fe es oración y me une al poder de Cristo Salvador
08.- ¿Dices “Enemigos” ¿Cuáles?
El mal. Los que están bajo su dominio perverso y hasta nosotros mismos al pecar
09.- ¿Hasta cuándo somos enemigos de nosotros mismos?
Somos los peores enemigos de nosotros mismos y del reino de Dios hasta que, arrepentidos de nuestros pecados, aceptamos que Jesucristo y su Iglesia nos perdone (Rom. 5,8-11)
10.- ¿Qué enseñanzas de fe nos recuerda el rezar “líbranos”?
Que necesitamos la ayuda de Jesús (Jn.15,5) para vencer las tentaciones, llevar vida Cristiana y Crecer en actitudes que dan vida a los demás, (Jn 10, 10)
11.-¿Qué profesamos al decir “señor, Dios nuestro”?
Profesamos la fe de los apóstoles expresada por Tomás ante Jesús: “Señor Mío y Dios mío” (Jn 20,28)
12.-¿Y qué expresamos al creer en Jesús y adorarlo como Tomás?
Experimento el cumplimiento de la profecía de Jesús “felices los que Creen sin haber visto (Jn. 20-29)